Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 11, 46-61

46 El se refugió en el palacio, y los ciudadanos ocuparon las calles de
la ciudad y comenzaron el ataque.

47 El rey llamó entonces en su auxilio a los judíos, que se juntaron
todos en torno a él y luego se diseminaron por la ciudad. Aquel día llegaron
a matar hasta 100.000.

48 Prendieron fuego a la ciudad, se hicieron ese mismo día con un
botín considerable y salvaron al rey.

49 Cuando los de la ciudad vieron que los judíos dominaban la ciudad
a su talante, perdieron el ánimo y levantaron sus clamores
al rey
suplicándole:

50 «Danos la mano y cesen los judíos en sus ataques contra nosotros
y contra la ciudad.»

51 Depusieron las armas e hicieron la paz. Los judíos alcanzaron gran
gloria ante el rey y ante todos los de su reino y se volvieron a Jerusalén con
un rico botín.

52 El rey Demetrio se sentó en el trono de su reino y la tierra quedó
sosegada en su presencia.

53 Pero faltó a todas sus promesas y se indispuso con Jonatán. Lejos
de corresponder a los servicios que le había prestado, le causaba
graves
molestias.

54 Depués de estos acontecimientos, volvió Trifón y con él Antíoco,
niño todavía, que se proclamó rey y se ciñó la diadema.

55 Todas las tropas que Demetrio había licenciado se unieron a él y
salieron a luchar contra Demetrio, le derrotaron y le pusieron en fuga.

56 Trifón tomó los elefantes y se apoderó de Antioquía.


57 El joven Antíoco escribió a Jonatán diciéndole: «Te confirmo en el
sumo sacerdocio, te pongo al frente de los cuatro distritos y quiero que te
cuentes entre los amigos del rey.»

58 Le envió copas de oro y un servicio de mesa, y le concedió
autorización de beber en copas de oro, vestir púrpura y llevar fíbula de oro.

59 A su hermano Simón le nombró estratega desde la Escalera de
Tiro hasta la frontera de Egipto.

60 Jonatán salió a recorrer la Transeufratina y sus ciudades, y todas
las tropas de Siria se le unieron como aliadas. Llegó a Ascalón y
los
habitantes de la ciudad le salieron a recibir con muchos honores.

61 De allí pasó a Gaza donde los habitantes le cerraron las puertas.

Entonces la sitió y entregó sus arrabales a las llamas y al pillaje.